• Opinión

• Redacción
• 09 octubre 2023

Las directrices que todo gobernante define al momento en que desarrolla sus propuestas de campaña deben estar relacionadas con la realidad que enfrentara su administración, los problemas reales que heredara de la administración saliente, siempre tendrán un impacto en la toma de decisiones que todo nuevo gobernante defina encausar para lograr un equilibrio en los diferentes sectores que integran la sociedad. 

Como en otros tiempos la frase “El cambio verdadero” siempre debía estar presente en las campañas políticas, en la actualidad vemos implícito la palabra “Bienestar”, que ha dado resultados favorables en los procesos electorales por tener un impacto positivo en el pueblo; pero ¿Cómo se define “El Bienestar”? y ¿Qué impacto tiene en la materia fiscal?

El actual gobierno federal continua con su virtual candidata presidencial la encomienda de desarrollar una campaña política basada en el término bienestar para todos. Hablar del bienestar técnicamente se refiere a “el estado que se alcanza cuando una persona se siente y desenvuelve bien en la vida”, al ser un término sumamente influyente entre la sociedad, la esencia del significado en el área de la psicología respeta a un modelo reconocido que en su conjunto garantiza el bienestar de una persona al estar integrado por estos factores:

• Las emociones: deben ser positivas para sentirse bien,
• El compromiso: estar inmerso en la actividad,
• Las relaciones: estar genuinamente conectado con los demás,
• Un propósito: dar sentido a la existencia y
• Un logro: sentirse realizado y satisfecho.

Se puede observar que, el gobierno al implementar programas sociales relacionados con el termino bienestar, garantizan a sectores específicos estabilidad en su economía, seguridad en su vivienda, garantías en materia de medio ambiente y salud (entre otros); que traducido a la esencia de lo que implicaría el termino bienestar en una generalidad de población, el acceso y la garantía de tener bienestar como mexicano simplemente se encuentra limitado.

Es aquí cuando, un candidato a la presidencia de México habla de programas sociales, nosotros como votantes debemos cuestionar como va encausar sus políticas económicas y fiscales para la obtención del ingreso tributario sin afectar financieramente a la clase empresarial y trabajadora que con el pago de sus contribuciones el gobierno obtiene lo necesario para ejercer un gasto público que tiene un objetivo general, hacer que el sistema tributario funcione.

Debo dejar claro lo siguiente, los ingresos del gobierno solo los genera el pueblo como dijo la señora Margaret Thatcher “No olvidemos nunca esta verdad fundamental: el Estado no tiene más dinero que el dinero que las personas ganan por sí mismas y para sí mismas, si el Estado quiere gastar más dinero, solo puede hacerlo endeudando tus ahorros o aumentando tus impuestos. No es correcto pensar que alguien lo pagará, ese alguien eres tú. No hay dinero público, solo hay dinero de los contribuyentes”.

Es indispensable cuestionar siempre a nuestros próximos candidatos presidenciales, respecto sus políticas públicas para la obtención de ingresos y entre ellas ¿Que harán para lograr que todos los mexicanos cumplamos con la obligación constitucional de contribuir al gasto público?, debido al porcentaje tan amplio de mexicanos  que aun trabajan en la economía informal por no reconocer su obligación de darse de alta ante el SAT y otros más que están dados e alta pero no declaran la totalidad de sus ingresos. 

Recordemos que no todos los ciudadanos que son votantes, son a la vez contribuyentes pagadores de impuestos y que las campañas políticas no son solo aplausos y fiestas, las campañas deben ser para dar a conocer propuestas y las propuestas deben incluir las formas en que su gobierno obtendrá ingresos tributarios.