Detrás del Rey del Cash

Detrás del Rey del Cash

Hoy el Rey del Cash, libro escrito por Elena Chávez González, resuena como escándalo mediático y hasta hostigante resulta leer un documento en el que se leen más líneas que denotan a una mujer dolida por el aislamiento político al que ha sido sometida en los últimos 6 años.

Pero vayamos por partes, ¿Quién es Elena Chávez González?

Nació el 25 de mayo de 1963

De acuerdo a lalista.com, es periodista egresada de la escuela Carlos Septién García. En medios de comunicación ha laborado como reportera en los diarios Excélsior (1990-1994), el unomasuno (1995) y Ovaciones (1998-2000).

Además, laboró en comunicación social en el Senado de la República, en 1996, y en la Secretaría de Gobernación, en 1997, durante el sexenio de Ernesto Zedillo.

De 2001 a 2014 se integró al gobierno de la Ciudad de México, como servidora pública durante el sexenio de López Obrador y Marcelo Ebrard, así como en dos años con Miguel Ángel Mancera.

Para 2016, se integró como diputada Constituyente de la Ciudad de México, arropada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Según la cuenta de Twitter de la autora, también es activista por los derechos de los animales.

Morbo, morbo.

De acuerdo a un análisis en sus redes sociales, la más activa es facebook, en la que presenta fotos en las que señala haber tenido batallas y perdonado, pero en realidad, la justificación es previa a la redacción de un libro sin datos concisos y más cargado de emociones por la pérdida de un matrimonio que nunca existió y del reconocimiento presidencial tampoco recibido.

Quizá, Elena Chávez se veía como la directora de prensa de Palacio Nacional al ser “bajado” César Yáñez Centeno luego de la famosísima boda del siglo que celebró con su esposa, la exitosa empresaria y hoy diputada federal, Dulce María Silva Hernández.

Narcisismo y aprobación es lo que busca la autora de El Rey del Cash, esto debe ser a consecuencia de una personalidad dependiente, porque aunque es evidente su personalidad esquizotípica y obsesiva, retrata además a una mujer que ve frustrados sus sueños de lo que pudo haber sido.

Y es que a sus casi 60 años de edad, sin un plan de jubilación y sin reconocimiento político o social, es más claro hacia dónde va el asunto de El Rey del Cash, se trata de una mera estafa publicitaria que buscó amagar al presidente Andrés Manuel López Obrador con dicha publicación y consumar la venganza personal que desde las entrañas tiene en contra de su ex pareja César Yáñez.

¿Y es que no hay otra forma de explicar, cómo es que alguien que se dice testigo de hechos bochornosos y que da a entender que van en contra de sus principios, tardó al menos 24 años en darse cuenta que no era correcta la forma en la que transitaba el dinero hacia la campaña del actual presidente de la República?

El juego perverso de la manipulación que se exhibe en 290 páginas y 26 capítulos, debió haberse presentado junto con pruebas documentales ante el agente del ministerio público federal antes de hacerse público, de hecho, parece que la única forma en la que no hubiera fallos y la ecuación saliera en beneficio de Elena Chávez, era la presentación de su novela para que le comprara el Ejecutivo por adelantada su publicación o bien, que el escándalo mediático se encargara de posicionarlo para agotarla, porque el asunto de la justicia no aparece por ningún lado.

Ahora bien, como si fuera un secreto que en TODAS, así con mayúsculas, todas las campañas políticas el dinero en efectivo corre hacia todas partes, y para documentarlo, basta con preguntar a cualquier ex panista y ex funcionario de los gobierno panistas, todos deben aportar el 10% de sus ingresos a su partido y/o a su padrino político, tal como ha funcionado desde hace más de 30 años.

Y sí, el diezmo, es parte de la cultura política de los panistas, que encontraron en la designación de cargos, una fuente económica para mantener a los políticos en ascendencia a un cargo de elección superior.

El 6 de marzo de 2019, la autora de El Rey del Cash, acusa amenazas y uso de todo el poder del estado en su contra por parte de su ex, César Yañez, pero en su libro, se pitorrea de que su ex pareja fue delegado a una oficina sin trascendencia y sin poder.

¿Entonces? ¿Como que ya no se entiende, de qué sirve hacer un escándalo en Facebook acusando a César Yáñez de ser un monstruo y después publica que cayó de la gracia de López Obrador?

3 semanas después, el 26 de marzo de 2019, también en su cuenta de Facebook, Elena escribe:

“De mi parte la batalla mediática con César Yáñez llegó a su fin, lo hago por tres seres hermosos que no merecen ver y vivir un pleito de adultos: sus hijos Alex y Natalia a quienes quiero con sinceridad, a mi Lucas, el amor de mi vida y el mejor recuerdo que tengo de él. Es un hombre equivocado, le pido a Dios que ilumine su corazón y limpie su alma. A ustedes les ofrezco una disculpa, llevaré mi vida hacia buen puerto porque quiero seguir el camino del perdón y el amor; ganarme un lugar en el paraíso de Dios y morir sin odios.

Esta será la última vez que menciono a César Yáñez, tengo aún vida y quiero disfrutarla y ser feliz al lado de mis amores”

* Me siento tranquilo. Culmina el texto con un emoticono.

Definitivamente, sin ser estudioso del psicoanálisis —debo decirlo con honestidad— es evidente que el apego hacia su ex pareja es tan grande que se niega a dejarlo ir, y tan es así, que la casa a la que se refiere, la pagó César Yáñez, no ella, sin embargo, Yáñez se la cedió sin mayor condicionamiento y recordemos que fue su pareja sentimental, porque Elena Chávez y César Yáñez, nunca estuvieron casados.

Desde esas fechas, Chávez González, se dedicó a hacer algo bien, a velar por la defensa de los animales de compañía, hecho que es muy reconocible y plausible, pero que nos habla también del apego por sustitución después del trauma de la separación que aún parece no ha superado.

Aquí me gustaría retomar dos párrafos de la columna de Salvador García Soto, en el Universal de hoy:

“César nunca manejó el dinero, ni era de los operadores que llegaban a recoger las ‘aportaciones al movimiento’ como siempre llamó AMLO a los envíos de efectivo que recibía de distintas fuentes y orígenes. Él se ocupaba más del apoyo logístico y hasta de los temas personales, nunca se le conoció como alguien que manejara recursos más allá de los que necesitaban para pagar comidas, hospedajes, gasolina”, comentó un ex colaborador del círculo más cercano de López Obrador en aquellos años.

 A partir de eso y de que Elena Chávez nunca tuvo un papel en el movimiento lopezobradorista, más allá de ser la pareja sentimental de su hombre de más confianza, habrá que ver qué tanto investigó y documentó la autora del libro que hoy sale a la circulación. Porque si bien su testimonio no dejará de saciar el morbo y de resultar atractivo para quienes quieran saber más de cómo se construyó, pero sobre todo cómo se financió el fenómeno político de López Obrador durante las últimas dos décadas, falta saber si la edición contiene algo más que los “secretos de cama” a los que ella sí tuvo acceso en sus conversaciones con quien fuera su pareja, no por 18 años como ella afirma, “sino por muchos menos”, según dicen las fuentes consultadas.”

¿Soy yo o nadie más ha comparado las fotos de Elena de hace 5 años a la fecha? Ha sido un cambio dramático, la edad se nota mucho más y eso también es un efecto de los años de amargura de una relación que va del amor al odio en un instante y viceversa.

Tal vez, los medicamentos recetados por el psiquiatra no sean el mejor tratamiento a Elena, tal vez ni siquiera los necesite, porque lo que necesita una persona de su edad es atención, tranquilidad, paz y estabilidad económica.

Probablemente el Rey del Cash le proporcione estabilidad económica, tal vez su nueva pareja con al menos 15 años más joven le proporcione la atención que merece y necesita, además estabilidad emocional y tal vez, la fama de 5 minutos, hagan que Elena encuentre la paz que tanta falta le hace, porque no es a través de posts en Facebook como se tiene una comunión con Dios.

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