El derecho humano a un medio ambiente sano.

El derecho humano a un medio ambiente sano.

México es uno de los países más irresponsables del planeta en su obligación de proteger y conservar el medio ambiente y sus recursos naturales. No garantiza el derecho humano a un medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar de los mexicanos, señalado textualmente en el Artículo 4º Constitucional, párrafo quinto.  Los presupuestos asignados para este importante objetivo por los últimos presidentes de la República, desde Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador simplemente son insignificantes. 

Solo como referencia, Alemania asignó en 2022 un presupuesto ambiental de 60,000 MDD americanos y este gobierno de la cuarta transformación solamente 2,000 MDD americanos. A pesar de que Alemania tiene una extensión de 357,588 km2 o sea 5.5 veces menor que nuestro país y con 85 millones de habitantes en comparación con nuestros 127 millones. Los gobernantes alemanes son muy diferentes a los mexicanos. Los nuestros carecen de conciencia ambiental para comprender que en función del deterioro ambiental está determinada la calidad de vida de los mexicanos. 

Hoy nuestro país vive y padece un caos ambiental en el manejo de 350 millones de toneladas anuales de todos nuestros residuos. Tenemos 2,200 tiraderos de residuos sólidos urbanos que se incendian permanentemente. Hemos contaminado más de 200 cuerpos de agua y 850 millones de toneladas de subsuelo con los lixiviados que emanan de estos contaminantes y caros tiraderos a cielo abierto. De los 3.0 millones de toneladas de residuos peligrosos que generamos anualmente, solo 2.0 millones tienen algún manejo, que nos es el mejor. Los pocos incineradores de residuos peligrosos (como el SIMARI en Tepeji del Río, Hgo.) nos contaminan con dioxinas y furanos, igual que con las emisiones tóxicas de las quemas de pata o esquilmo que siguen realizando nuestros productores agrícolas y las emisiones de los incendios forestales de 65.0 hectáreas/hora en promedio de corteza vegetal (pastizales, matorrales, selvas y bosques) que nos reporta la Conafor (Comisión Nacional Forestal). 

Padecemos una gigantesca contaminación atmosférica que en el año 2021 nos costó 660,333.8 MDP de acuerdo con los datos de costos totales de agotamiento y degradación ambiental del INEGI. Mueren cuando menos 25,000 mexicanos prematuramente cada año por este concepto. Tenemos 14 millones de mexicanos con insuficiencia renal. Mueren cada año 3,000 niños menores de 15 años de leucemia. Existen 8.5 millones de mexicanos con asma. Tenemos 6.0 millones de niños con algún problema neuronal, con habilidades diferentes, por no decir discapacidad. El año 2022 murieron más de 110,000 mexicanos de todo tipo de cánceres. El 60 % de nuestros cuerpos de agua están contaminados. Padecemos la peor sequía de los últimos 60 años. 17 estados de la república mexicana están en sequía aguda. Ayer anunciaron que el sistema Cutzamala que abastece la capital del país, la ciudad de México tiene agua solamente para los siguientes 8 meses. 

Desafortunadamente nuestro marco normativo no está diseñado para proteger nuestra salud. La Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente y las 12 leyes federales vigentes que complementan el marco normativo en materia ambiental son para proteger el medio ambiente y los recursos naturales. No para salvaguardar la salud de los mexicanos. Tampoco lo hacen la Ley General de Salud ni la Cofepris. Estamos indefensos ante la contaminación ambiental del agua, suelo y aire. 

Es urgente crear leyes para prevenir y sancionar daños a la salud por agentes tóxicos. 

Carlos Alvarez Flores, Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.  

Experto en Gestión de Residuos y Cambio Climático.

www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores.

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