Entre el terror y la militarización

Entre el terror y la militarización

POR: Alex Gómez

Siniestra situación en entidades como Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California, porque lo de Michoacán fue una farsa mal interpretada.

Pero bueno, vamos por partes:

Primer acto, sale López Obrador anunciando que la Guardia Nacional pasaría a ser administrada y gerenciada por la SEDENA, o sea, a ser militarizada.

Segundo acto, sale la oposición a señalarle a López Obrador que su anuncio es una pifia contraria a la constitución, a tal grado, que el propio Alejandro Encinas está también en contra. Se pronuncian críticos por mantener la Guardia Nacional en manos de civiles, puesto que se trata de un organismo de protección ciudadano, ni militar.

Tercer acto, surgen ataques simultáneos por un supuesto operativo en los límites entre los estados de Guanajuato y Jalisco, que concluyen en “narco bloqueos” con la quema de unos 40 vehículos y unos 30 Oxxos, dos días después, se da sin ton ni son, un supuesto motín en la cárcel de Chihuahua y termina igual, con narcobloqueos y quema de vehículos y tiendas de conveniencia y horas más tarde, sucede lo mismo en 3 ciudades de Baja California.

Para cerrar con broche de oro, se da la detención de casi 170 sujetos “armados” en el estado de Michoacán, que después resultaron ser dizque “autodefensas”, pero eso sí, todos traían uniformes camuflados, botas y hasta chalecos antibalas sin muestra alguna de deterioro por uso o desgaste, es decir, nuevecitos de fábrica, hasta las botitas eran nuevas.

La conclusión de la obra, viene cuando el presidente señala que con decreto o sin decreto, con o sin la oposición de acuerdo, la Guardia Nacional pasará a manos de la Sedena.

¿Cómo se llamó la obra?

Póngale el título que quiera, pero no se me maree en las vueltas, la Guardia Nacional ya está militarizada, tiene al menos un mes que ya no tiene en sus filas a ex policías federales ni tampoco a elemento policiaco alguno, todos son militares o exmilitares, como quiera llamarles, pero al final de cuentas todos provienen de la Sedena.

El despropósito presidencial de militarizar el país lleva dedicatoria a los cárteles de la droga, sus patrocinadores. Sigue siendo un despropósito porque estamos en medio de un narco estado con tendencia a una narco dictadura y quien diga lo contrario, que pase por su plato de croquetas a su oficina del bienestar más cercana.

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