Fraude

Fraude

Debe resultar muy triste, querer un lugar de la historia y pasar a ella por razones totalmente opuestas a un deseo legítimo y sano.

Así le ocurre al gobierno municipal de Huamantla que hace agua con las pifias de un equipo de trabajo inservible y fraudulento.

Y es que apenas a mediados de la semana pasada, el gobierno de Huamantla fue exhibido en redes sociales por un pecadillo.

En efecto, fueron publicados documentos de lo que pretendía ser la ley de Ingresos para el municipio de Huamantla.

Pero la pifia salió a flote, porque en realidad se trató de un plagio de la Ley de Ingresos del municipio de Apizaco.

Desde la tesorería municipal, tienen muchas cosas que aclarar sobre su desempeño mediocre y deficiente.

Y es que, imagine el lector, si desde esa área se atrevieron a hacer pasar documentos inválidos, qué no se espera el municipio sobre el manejo de las finanzas.

Flaco favor le hicieron al alcalde, Salvador Santos Cedillo, al entregar un documento del cual no tuvieron la menor delicadeza de leer.

La práctica, simple y llanamente es un fraude: “engaño económico con la intención de conseguir un beneficio, y con el cual alguien queda perjudicado”.

Quienes trataron de engañar de este modo a su jefe el presidente municipal, deben ser retirados de inmediato de sus cargos, por pura decencia política.

Mantenerlos en el cargo deja el mensaje de que esa práctica fue hecha bajo el pleno conocimiento y consentimiento de quien lleva las riendas del gobierno municipal.

Y, si en realidad la actual administración municipal desea dejar huella perenne por su paso, deberá limpiar su nombre y su reputación.

Después de todo, la historia quedará escrita inflexible, inmisericorde, en los anales de un ayuntamiento que nunca había visto tal desfachatez para cometer fraudes.

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