Matrimonio infantil en México - 1
Matrimonio infantil en México

Matrimonio infantil en México

Por Mar Morales

Aunque este miércoles celebramos el Día del Niño y la Niña en México, hay realidades muy dolorosas que viven nuestras infancias y el matrimonio infantil es una de ellas.

Esta práctica continúa en algunas regiones del país, pese a que desde 2019 se hicieron modificaciones al Código Civil Federal para impedir los matrimonios entre menores de 18 años, considerando que estas uniones  violan los derechos de las niñas y los niños y atenta contra su desarrollo integral.

Pese a ello, en doce estados del país las autoridades estatales siguen sin  homologar su legislación con la federal para la prohibición de matrimonios entre menores. Esto es un asunto grave, sobre todo para las niñas que son obligadas a casarse a una edad temprana, cuyo propósito, en la mayoría de los casos, es que la familia salga de un círculo de pobreza, cuando en realidad se perpetúa, lo mismo que la desigualdad.

Una niña que se casa a edad temprana sufre afectaciones a su salud física y mental debido a la violencia doméstica y a embarazos, además que se le niega el  acceso a la educación y por ende a un trabajo digno.

Un dato más.

Las niñas que viven esas circunstancias muchas veces son víctimas de trata de personas, se les obliga a prostituirse e incluso pueden ser víctimas de feminicidios.

A principios de este 2025 el balance anual presentado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) destacó que en 2024 hubo un incremento

en feminicidios de niñas y adolescentes, poniendo de manifiesto que no se ha logrado implementar mecanismos eficaces para proteger a las niñas y mujeres adolescentes a nivel nacional. 

 Erradicar el matrimonio  infantil  debe ser prioridad  en México y para lograrlo se requieren  políticas públicas  que aborden  las causas  de esta práctica,  como la pobreza,  la falta de  acceso a la educación,  y  la desigualdad  de género.

 Si en nuestro país llegamos todas, debemos empezar por proteger nuestras infancias, pues las nuevas generaciones tendrán que ser mejor que nosotros. 

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