PRI, renovarse o morir

PRI, renovarse o morir

El éxodo masivo que le ocurre al PRI, ni es nuevo ni tampoco causa de unos cuantos, es el resultado de dirigencias ausentes, ensimismadas en sus tronos, distantes de la gente y de sus militantes.

En el caso del PAN y del PRD, es exactamente lo mismo: Cúpulas, amiguismo, nepotismo y la rotación de dirigencias a modo para continuar en el poder.

Igual unos y otros que tanto le criticana Morena sus métodos, los replican una y otra vez, ahí está el autoritarismo de Alejandro Moreno y Marko Cortés al frente de sus dirigencias y, por supuesto, cómo olvidar a los Chuchos (Zambrano y Ortega), dueños de la franquicia del Sol Azteca.

Ni Xóchitl Gálvez, con sus dotes de pueblo, ni con sus orígenes otomíes, ni con nada del mundo, será posible de arrebatar la presidencia de la República en 2024 a Morena, y no lo digo yo, lo dicen las encuestas que, pagadas o no, mantienen a Morena muy por encima de sus más cercanos contrincantes, ya sea como partido o en las diversas listas de presidenciables.

La causal del triunfo inminente de Morena en 2024, lo seguirá marcando el uso de programas federales, el miedo que le meten a sus seguidores de que si se los van a quitar o no, eso sin mencionar la constante y permanente campaña de satanización desde las mañaneras del presidente, que, de seguir en la misma sintonía, esa línea argumentativa cargada de calificativos negativos, continuarán permeando en el ánimo de la gente por la calidad de la narrativa en ciernes.

La grave crisis de los partidos políticos, hoy atrincherados en el Frente Amplio por México (FAM) que no es otra cosa que la misma alianza Va X México, sigue en la misma tesitura desde que fue fundada para competir en las elecciones pasadas, no sólo hizo de carne y hueso el fantasma de la alianza secreta del Prianismo que predicaba Andrés Manuel, sino que les puso nombre y rostro a los de la mafia del poder.

La renuncia de Miguel Ángel Osorio Chong y un sin número de líderes del PRI en todo el territorio nacional, hace evidente que el unilateralismo con el que son conducidos los partidos llamados de “oposición” no se oponen a nada, más que a ellos mismos, están empecinados en perderlo todo.

A mi nadie me quita de la cabeza la alta traición que comete Alejandro Moreno en el PRI y al PRI mismo, aprovechándose del institucionalismo para mantener a raya a quienes osen provocar su ira.

Osorio Chong, ha demostrado a lo largo de su carrera ser un político profesional, que ha llevado su trayectoria de manera eficaz, su renuncia al PRI junto a un nutridísimo número de simpatizantes, habla no de traiciones, sino más bien de limitantes para la participación, habla de hartazgo a la sumisión, cansancio del disciplinamiento asesino de sueños y carreras, de un alto a la sumisión y de un mutismo impuesto por la verticalidad de quienes reparten la unción en su partido.

Tal vez en un corto o mediano plazo, lo mismo le pase al PAN, en el PRD ya pasó, sólo que dejaron a los chuchos solos, todo por no saber escuchar y dejar participar a liderazgos naturales y todo por imponer sus intereses personales.

Un amigo político me comentó una vez que, el PRI debería refundarse, pero refundarse desde cero, que se debería de comenzar desde la participación social, la inclusión, la democracia y la participación general sin importar su origen, casta o credo, pero sobre todo, comenzar con un nombre distinto, con valores distintos y cimiente nueva.

Tal vez Osorio Chong, tenga en su mística política la idealización de un instituto político en el que quepan todos —Como cuando en el PRI había inclusión—, tal vez estas líneas no le digan nada a los líderes nacionales del PRI, del PAN o del PRD, pero como dijo alguna vez el filósofo Miguel de Unamuno “El progreso consiste en renovarse”, cuya frase dio pie a la que conocemos hoy como “Renovarse o morir”.

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Liderazgo Asistido